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Los modales y las reglas de cortesía

Art-111
Los modales y las reglas de cortesía

 

Es muy común escuchar en las conversaciones femeninas quejas constantes en relación a la "falta de caballerosidad" de las personas del sexo opuesto, a la ausencia de los buenos modales y a la pérdida de las buenas costumbres; a lo que algunos hombres se defienden afirmando: ¿cómo vamos a comportarnos como caballeros, si ya no existen damas? Desafortunadamente esta afirmación a veces resulta, en alguna medida, cierta.

En ese afán incansable de lograr la igualdad con los hombres, la mujer ha sacrificado un poco su propia femineidad y el arte delicado de comportarse como una dama.

Hemos coincidido en señalar que no sólo se caracteriza por su apariencia, sino por su manera de caminar, de saludar, de sonreír, de vestir y finalmente de conducirse socialmente. Esto último se refiere a las actitudes y conductas que manifiesta la mujer en todos los roles de su vida: en el trabajo, con sus amistades, con su familia, y consigo misma.

La cortesía y los buenos modales son un código de comportamiento donde se indica qué es correcto y qué no lo es en las relaciones interpersonales. Comportarse adecuadamente significa saber qué hacer en cada momento, cómo debe hacerse y finalmente hacerlo con elegancia y sencillez. Quien desee ser tratada como una dama tiene que comportarse como tal, caminar como tal y finalmente, hablar como tal.

Los buenos modales y la cortesía tienen su base en Ia atención, la amabilidad y la consideración hacia las demás personas. El tener buenos hábitos y comportarse en base a ellos nos proporciona seguridad y confianza.

Muchas mujeres se turban y se complican totalmente al recibir un halago o un cumplido ¡sólo porque no saben qué hacer o qué decir al recibirlo!, se apenan, se avergüenzan, se enojan o se inquietan; estas actitudes desconciertan a quien halaga, toda vez que lo único que esperaba como respuesta era un sencillo y agradable ¡gracias!

Permita que le abran la puerta del auto, le cedan el paso en la calle o que le paguen la cuenta en el restaurante, aunque en el mundo laboral no debe esperar que todo el mundo tenga atenciones, sin embargo de su actitud y su comportamiento dependerá en gran parte el trato que reciba, recordemos el dicho que dice  "como te ven, te tratan”.

Fragmento de la obra “Mujeres de éxito”. Autor: Pablo Zamora