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Eduque a sus hijos con orden y responsabilidad
Es absolutamente necesario que se comprenda el error de aquellos padres que se proponen darle al hijo felicidad, como quien da un regalito; lo más que se puede hacer es encaminarlo hacia ella, para que él la conquiste. Difícil, casi imposible, será después; cuanto menos trabajo se tomen los padres en los primeros años, más, muchísimo más, tendrán en futuro. Habitúalo, a poner cada cosa en su sitio y a realizar cada acción a su tiempo.
El orden es la primera ley del cielo. Que no esté ocioso; que lea, que dibuje, que le ayude en alguna tarea, que se acostumbre a ser atento y servicial. Deje algo en el suelo para que él lo recoja; incítalo a limpiar, arreglar, cuidar o componer alguna cosa, que le alcance ciertos objetos que necesites.
Bríndele, en fin, las oportunidades para que emplee sus energías, su actividad, su voluntad y lo hará con placer.
¡Críelo como hijo pobre y lo enriquecerás!
¡Críelo como hijo rico y lo empobrecerás para toda la vida!
Anónimo
La mejor herencia de un padre a un hijo es enseñarle a trabajar y disfrutar el placer de ser un hombre útil y responsable.
“Si usted quiere que sus hijos tengan los pies sobre la tierra, colóqueles alguna responsabilidad sobre los hombros”. Abigail Van Buren.
Una de las tareas más importantes dentro de la formación de los hijos es la de enseñarles a ser responsables. Este valor se debe inculcar desde pequeños y no cuando empieza a tener problemas con ellos porque no ayudan en las tareas de la casa ni tampoco cumplen con sus obligaciones personales. Para lograr que los niños comprendan el sentido de responsabilidad deben asumir el resultado de sus acciones, comprender los fracasos, limitaciones y elogiar sus logros. Todo esto, haciéndole saber que cuenta con el afecto y apoyo incondicional de los padres. Hay que enseñar con el ejemplo; es más fácil que el niño aprenda este valor si sus padres los practican constantemente.
Es bueno que los padres pidan sugerencias a los hijos para resolver alguna situación problemática cotidiana. Es muy importante que vayan participando en otras decisiones familiares mientras observan cómo los padres sopesan las ventajas e inconvenientes. Aproveche las situaciones para el niño o joven elija juegos, ropa, qué libro quiere leer, qué desea desayunar, etcétera. Una vez hecha la elección, la debe llevar hasta el final y no se le deben permitir conductas caprichosas. Tiene que experimentar las consecuencias de una elección equivocada. Por ejemplo: aburrimiento, cansancio, malestar, etc. Esta lección le servirá para ser más reflexivo y valorar aspectos positivos y negativos de su decisión.
Fragmento de la obra “Aprendiendo a ser buen padre”. Autor: Pablo Zamora