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Sentimientos provocados por baja autoestima
Irán es un niño muy callado y retraído. Cuando llega a su aula, se sienta en la última fila, parece como si quisiera esconderse... ser invisible. Sus sentimientos de inferioridad no le permiten correr ningún riesgo. Teme sufrir emocionalmente por eso trata de proteger su frágil ego. Por esta razón casi siempre se encuentra tenso, eso aleja a sus compañeros de él, lo que lo hace sentir peor. Si el maestro le pregunta algo (que rara vez sucede), su misma tensión no le permite contestar correctamente.
Habla en muy pocas ocasiones y no se acerca mucho a los demás para evitar ser herido. Sin embargo, en el recreo es el blanco favorito de Raúl, quien se burla de él.
Irán nunca será elegido para una competencia, ni iniciará una conversación, siempre será el último en el que se fijen los miembros de un grupo y cuando tenga que trabajar en equipo le será difícil participar. Generalmente no causa muchas molestias, por eso dará la falsa impresión de no necesitar ayuda. Sin embargo, un niño retraído requiere más atención.
Irán necesita urgentemente ayuda, corre el riesgo de que los sentimientos de inferioridad que ahora le agobian, se vuelvan en su vida una constante, lo cual será más difícil de tratar después. El encerrarse en sí mismo y retraerse es la peor forma de enfrentar los problemas de inferioridad.
Si su hijo es retraído, préstele mayor atención, apóyelo y anímelo a expresarse. Muéstrele cariño y atención especial, seguramente reaccionará a estos estímulos. Los niños que son retraídos están sedientos de aceptación y afecto, su conducta es una llamada de atención que no deben pasar por alto los padres y los maestros.
Fragmento de la obra “Desarrollo de la autoestima en el hogar y en el aula”. Autor: Pablo Zamora