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El día de la Candelaria

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El día de la Candelaria

 

Para los mexicanos es una costumbre que el día de la Candelaria se preparen atole y tamales, además, se tiene como tradición vestir al niñito dios que se colocó en el nacimiento durante la Navidad para llevarlo a bendecir a una iglesia.

Es en Tlacotalpan, Veracruz donde se tiene más arraigada esta celebración. Tlacotalpan es un puerto fluvial irrigado por el río Papaloapan y cercano a la costa del Golfo de México. Los lugareños se visten de rojo y salen a las calles a admirar el paso de su santa patrona: la imagen de la Virgen de la Candelaria. Escoltan a la virgen ricamente engalanada en una cabalgata con 600 jinetes, guiados solo por mujeres: una capitana, una teniente y una coronela. Algunas mujeres visten el traje veracruzano tradicional, con encaje, joyas, abanicos y peinetas de carey.

Esta celebración se ha llevado a cabo durante casi un siglo, inicia a las tres de la tarde el último día de enero y termina el 9 de febrero. Al frente de la procesión va el arzobispo del puerto de Veracruz, seguido de las cofradías católicas más importantes de la región, las cuales compiten entre sí para ver quién le canta mejor a la virgen. La música corre a cargo de la banda de la Escuela Naval de Veracruz.

Esta fiesta popular mezcla la fe, el huapango, la comida y  los sones. Tlacotalpan recibe visitantes extranjeros y de todos los estados del país. También es un encuentro de músicos, ya que la música es parte importante de la celebración. Resulta muy alegre escuchar a los mejores exponentes del son jarocho, grupos que han representado a México en festivales internacionales.  

Por la noche, nada mejor que tomarse una bebida preparada con ron y jugo de frutas y observar  a los “toritos”, juegos pirotécnicos en forma de figuras hechos con un armazón de madera o de alambre.

Entre las delicias gastronómicas que se pueden degustar en Tlacotalpan está el arroz a la tumbada preparado con caldo de pescado, platillos con pulpo o calamar, el pescado a la veracruzana, el mondongo, las gorditas de anís, las enchiladas y  las garnachas. También los postres son deliciosos como el dulce de leche y las naranjas rellenas.

Además de disfrutar de la festividad se pueden apreciar las bellezas de Tlacotalpan cuyo centro histórico fue declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1998. Entre sus atractivos están la Plaza Zaragoza, el Templo de la Candelaria, el Parque Hidalgo, la casa de la cultura Agustín Lara y el Templo de San Cristóbal. Se puede dar un paseo en lancha por el río Papaloapan, observar los monumentos históricos de estilo neoclásico o simplemente caminar entre los portales y las casas pintadas de colores vivos, techadas con teja que se encuentran en sus calles.

 

Por Patricia Tapia Zatarain