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Cómo mantener el rostro joven y radiante
Lo primero que debes hacer es tomar mucha agua para mantener hidratada tu piel, tomar bebidas alcohólicas, café o refrescos deshidratan la piel. Al tomar agua nuestro cuerpo conserva los minerales y los nutrientes que ayudan a lucir joven. Trata de beber 2 litros de agua por día.
No te asolees, evita el sol lo más que puedas y cuando sea inevitable aplícate un protector solar con factor de protección alto y que sea tanto para cara como para cuerpo. No usar protector solar es una manera rápida de que la piel envejezca y de aumentar el riesgo de contraer cáncer. Así que aplica protector solar a diario (mínimo de FPS 60), usa gafas de sol, una gorra, visera o sombrero que proteja tu cara.
Evita comer productos envasados, frituras o alimentos congelados, mejor inclínate por una dieta natural de frutas, vegetales y carnes libres de hormonas, así como aves, huevos y pescado. Hay alimentos como la lechuga romana, los tomates, las almendras y el chocolate negro que contribuyen al rejuvenecimiento de la piel.
Exfolia tu rostro con algún producto de uso diario suave para todo tipo de piel, o compra uno más fuerte de los que son para una vez a la semana. Al exfoliar el rostro eliminamos células muertas y aceleramos la producción de nuevas células y esto logra un rostro radiante.
No fumes, es por demás decir todo lo malo que conlleva fumar, el humo del tabaco posee un grupo de toxinas perjudiciales que son absorbidas directamente en el torrente sanguíneo y que tienen como resultado la descomposición del colágeno y la elastina, proteínas principales que permiten a los tejidos del cuerpo retomar su forma después de haberse estirado o contraído. Si disminuyen estas proteínas la piel va a empezar a perder firmeza y elasticidad.
Toma suplementos vitamínicos como vitamina E y la coenzima Q10 para complementar la cantidad que se encuentra en las células de la piel. Además ejercítate de forma activa, ya que el ejercicio ayuda a mantenernos jóvenes. Una buena rutina incluye ejercicios aeróbicos y anaeróbicos para mantener tu piel con un aspecto joven.
Siempre lava tu rostro antes de acostarte con un producto de limpieza adecuado a tu piel ya sea mixta, seca, grasa, etc. Si tienes la piel sensible usa jabones con un pH neutro. No olvidemos que la rutina de lavar nuestro rostro nos permite eliminar los residuos de maquillaje, las partículas de suciedad que se adhieren al rostro al estar expuesto durante el día.
No olvides después de lavar tu rostro usar una crema hidratante todas las mañanas y todas las noches, con esto ayudarás a tu rostro a suavizar las líneas de expresión y a combatir la sequedad.
Por Patricia Tapia Zatarain