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Cuidados al bañar a un bebé

Art-37
Cuidados al bañar a un bebé

Para los padres primerizos una de las tareas que más preocupación les causa es bañar al nuevo integrante de la familia. Es normal sentirse inseguro al realizar esta actividad. Se tienen dudas de cómo sujetarlo, cuál es la temperatura ideal para el agua y que precauciones deben tener. Estas dudas son normales y las tienen la mayoría de los padres.

El baño le brinda al bebé higiene y tranquilidad. Al principio parece no gustarles pero en cuanto cumple unos meses, será uno de sus momentos favoritos del día. Lo ideal es hacerlo todos los días a la misma hora, como por ejemplo, antes de dormir por la noche, así el bebé disfrutará de un buen descanso nocturno. Los padres deben aprovechar el baño para establecer un contacto más fuerte con su hijo/a, que refuerce el vínculo afectivo.

Es importante recordar que no se debe dejar al bebé solo en la bañera ni un segundo, y que el baño no debe durar más de diez minutos, al menos hasta que el bebé cumpla el año. Cuando el bebé tiene seis meses ya es capaz de mantenerse sentado por sí mismo, puede estar sentado en el agua e incorporar al baño juguetes, hay infinidad de ellos  con los que se divertirá.

Cuando vaya a bañar a tu bebé debes tener todo lo necesario a la mano, el jabón neutro de preferencia, una esponja, el champú para bebés, toalla de algodón, ropa limpia, pañal, etc. Lávese las manos y cierre la puerta y ventanas de la habitación donde lo bañe.

Sostenga al bebé con el brazo derecho, de manera que la cara interna del codo soporte su cabeza. Inclínelo sobre la bañera y, con la mano izquierda, lávele la cabeza con una cantidad mínima de champú. Una vez lavada la cabeza, sostenga los hombros del bebé con una mano, introduciendo los dedos por debajo de la axila, mientras sujeta las piernas o el trasero con la otra mano, de modo que su cabeza quede fuera del agua, mientras utiliza la otra mano para lavarlo. No deje de sonreírle y de hacerle mimos mientras lo baña. Lave y enjuague con la esponja el pecho, los bracitos, las manos, las piernas y los pies.

Con cuidado gire al bebé para lavar su espalda y sus pompis. Ahora levante al bebé con suavidad, arrópelo con una toalla y séquelo bien. Por último, comience a vestirlo de arriba abajo para que no pierda calor.

 

Texto editado por Patricia Tapia Zatarain