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La alimentación y nuestra vida sexual
Lamentablemente, a nivel internacional, existen millones de parejas que no disfrutan en su totalidad de una vida sexual placentera. Los motivos pueden variar, desde la falta de compatibilidad y conexión con la pareja. La pérdida del apetito y deseo sexual, alguna enfermedad, la falta de comunicación, entre otras.
Son varios los factores, así como los recursos a los que pueden recurrir para mejorar esa área con su pareja. Lo que mucha gente ignora, es que por medio de la alimentación, se puede estimular la vida sexual de una persona que posiblemente ya la consideraba en el olvido.
Es un apoyo muy interesante y pocas veces explotado, como se debería. Por medio de comida inteligente y afrodisiaca, se puede dar un gran cambio en el organismo; estimulando y despertando el apetito sexual, que tenía en ayuno.
Lo que tenemos que aprender sobre lo que comemos, es que nos beneficiará o perjudicará en múltiples aspectos de nuestra vida. De ahí el énfasis por mejorar y controlar nuestra dieta.
Por ejemplo dentro de las grasas, el aguacate, las almendras y la nuez son ricos en aceites esenciales, proteína, y minerales que favorecen la reproducción de hormonas sexuales.
El ginseng, el jengibre, la miel, la canela y la avena; aportan energía, vitalidad, reducen el estrés físico e incrementan el nivel de testosterona. Entre otros de los alimentos afrodisiacos más populares que hay, encontramos al vino tinto, el anís, el chocolate, las fresas, el mango, la ciruela, el plátano, los higos, el ajo, las ostras, los camarones y los ostiones.
Lo último que se debe de consumir para tener una vida sexual sana y estable, son el café, el alcohol y el tabaco. No solamente deshidratan nuestro cuerpo, complican la circulación de la sangre y esta a su vez impide la completa erección del falo. Sin olvidar la irritación que también puede generar en la próstata.
Y si la selección de comidas es abundante en azúcar, sal, en alimentos pre-fabricados; industrializados con alto nivel de aditivos, saborizantes y colorantes artificiales. Estos tienen tanta grasa e ingredientes vacíos, calorías huecas, que no aportan beneficios nutricionales; únicamente aumentan de peso, suben los niveles de la presión sanguínea y por consiguiente también afecta la vida sexual.
La falta del deseo o apetito sexual, la erección, la energía que se requiera para el momento del acto y otros trastornos sexuales, cambiarían drásticamente si se apoya un tratamiento con el control alimenticio.
Por Clarissa Rivera