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¿Por qué no son buenos los cereales de caja?

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¿Por qué no son buenos los cereales de caja?

Desde hace años atrás, muchas madres de familia piensan que al darles a sus hijos de desayuno o cena un plato con “cereal de caja” y leche. Los niños ya están listos con un desayuno completo para irse a la escuela e iniciar su día. Lo cual es completamente falso.

Resulta ser muy cómodo y práctico, ya que no requiere de un esfuerzo y tiempo considerable para su preparación. Si nos ponemos a analizar los ingredientes de estos cereales, haciendo un balance entre los aportes favorables y desfavorables para el organismo, son más contraproducentes que benéficos.

Al referirme al “cereal de caja”, evoco al cereal que encontramos en el súper, el cual viene comúnmente en una caja de cartón, que es industrializado, procesado y está hecho con sustancias que usted no quiere para sus hijos, créame.

No importa si es un cereal dirigido a los niños, tipo los glaseados, cubiertos con chocolate, sabor a dizque fruta… O si se trata de uno enfocado comercialmente a los adultos, como los de fibra, los que traen frutos secos y deshidratados o los famosos de “dieta”.

Todos sin excepción contienen grandes cantidades de azúcar, almidón, jarabe de maíz de alta fructosa y otra serie de aditivos sintéticos que alejan por completo el fundamento de un alimento de origen natural.

Uno de los principales inconvenientes para darles cereales a sus hijos, es el alto contenido en azúcar. Si bien, varios especialistas de la salud argumentan que el azúcar debería ser considerado como una droga, no sólo por la adicción que genera, también por todas las repercusiones que trae al organismo.

Cuando se recibe una carga elevada de azúcar por la mañana, nuestro cuerpo va a tener un periodo de energía momentánea, que en un par de horas perderá. Lo que le generará un bajón de azúcar, provocando sueño, falta de energía, hambre, perdida de concentración y hasta la sensación de cansancio.

El jarabe de maíz de alta fructosa es un edulcorante muy barato que vino a sustituir al azúcar en varios alimentos por su bajo costo. Sin embargo, eso no lo hace menos dañino para su consumo. También ha causado polémica con los expertos en la salud, ha sido relacionado con la diabetes tipo 2, la obesidad, los elevados niveles en colesterol y triglicéridos, infartos cardiacos en mujeres y hace años atrás en varios estudios que revelaron la presencia de mercurio en este.

Lo que ocasionan estos aditivos artificiales y transgénicos, es que crean una adicción al paladar, favorecen al déficit de atención, hiperactividad, malnutrición, vienen los dolores de cabeza y distorsiona la sensibilidad del sentido del gusto en los alimentos.

Razones suficientes para cambiar ese cereal artificial por uno natural y saludable. Por ejemplo para tener los mejores nutrientes que aporten fibra, una liberación prolongada de energía, proteína, grasa y carbohidratos favorables, lo que quiere decir, de buena calidad para nuestro cuerpo.

Como base podemos poner al amaranto, que es uno de los alimentos más completos y baratos que hay. Alto en fibra, proteína, aminoácidos, minerales y vitaminas, además tiene buen sabor. Por otra parte, la avena “natural” -no la de sobres que ya viene azucarada en sabores-, contiene vitaminas, minerales, fibra, proteínas y carbohidratos de fácil absorción.

Para acompañar el cereal: el plátano, las fresas, los arándanos, el durazno o la papaya; son frutas excelentes para darle sabor y complementar los aportes nutricionales. Las almendras y las nueces, aportan grasa y proteína vegetal de calidad. Y para darle consistencia, un poco de yogurt natural desgrasado, jocoque natural, leche orgánica, leche de soya o almendras. Una cucharadita de miel de abeja aporta energía de liberación prolongada y un toque más dulce, para los diabéticos o personas que intenten bajar de peso, la miel de agave es la mejor opción.

Como ve, es fácil y sencillo tener un desayuno con cereal completo, balanceado y muy nutritivo para el desarrollo óptimo  y crecimiento de sus hijos.

Por Clarissa Rivera